Este año teníamos previsto trabajar las Navidades. A última hora nos anuló la reserva la familia que nos venía desde Burgos y Extremadura, que se reunían en nuestra casa, y ya no tuvimos posibilidades de tener ninguna otra reserva entre el mal tiempo y el poco tiempo disponible.
Así que, ante este contratiempo decidimos tomárnoslo con filosofía. Nos invitó mi hermana a pasar la Nochebuena con ellos en Madrid y allí estuvimos con la familia disfrutando de la cena tan buena que nos pusieron, de los regalos tan bonitos que nos hicieron y sobre todo de la buena compañía que nos ofrecieron. Fue como el día siguiente al sorteo de Navidad cuando no te toca el gordo, que a pesar de no ganar dinero, te das cuenta que tienes una familia estupenda y una salud envidiable.
«El que no se conforma es porque no quiere»